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martes, 22 de febrero de 2011

¿ARREPENTIMIENTO O REMORDIMIENTO?

Arrepentimiento: m. Pesar de haber hecho algo (DRAE)
Remordimiento: m. Inquietud, pesar interno que queda después de ejecutada una mala acción (DRAE)

El diccionario de la real academia de la lengua en castellano no resulta muy útil a la hora de hacer la diferencia entre estos dos términos, pero el estudio exegético puede resultar muy enriquecedor si queremos entender el porqué de cada uno.

Todos los seres humanos tenemos caracterísitcas típicas. Una de ellas, definitivamente inamovible, es la imperfección y, consecuentemente, la capacidad de equivocarnos en cada una de nuestras acciones, en forma voluntaria y/o involuntaria.

Pero esta homogeneidad se va diluyendo en la medida que se hace seguimiento a las reacciones que cada uno puede adoptar posterior al error cometido. No siempre hay conciencia de lo realizado, o la concepción de verlo como una falla.

Si se reconoce lo hecho, bajo el rótulo malo, existen varios caminos. Hacerse el de la 'vista gorda', como si nada hubiera pasado, a ver si la falta de memoria de la humanidad difumina los hechos; usar una máscara de incomodidad para enfrentar a la sociedad, sin modificación de esquemas; o renunciar al camino que llevó a tal final.

Dos personajes bíblicos encarnan fácilmente estas palabras: Judas y Pedro. Los dos fueron discípulos directos de Jesús, conocedores de Su ministerio público, y partícipes de funciones importantes en este.

De igual forma, comparten una conducta impregnada de inexactitudes (cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia). Judas sustraía parte del dinero recaudado para la misión (Jn 12:4-6), y Pedro combinaba buenas y malas reacciones (Mt 16:23).

La condensación de tal intersección se da en la traición. Judas vendió a Cristo por treinta piezas de plata (Mt 26:14-15). Pedro negó a su Maestro en tres oportunidades, en una jurando en falso, y en otra maldiciendo (Mt 26:69-75) .

La torpeza humana lleva a reacciones inmediatas y torpes. Judas buscó a los sacerdotes en busca de resarcir su error, como si ellos fueran a recibir el dinero y devolver a Jesús; mucho menos un beso limpiaría la mancilla. Pedro lloró amargamente, como el poema de García Lorca 'El lagarto está llorando'.

Pero el corazón desnuda la realidad del hombre. Judas quedó preso de la crisis, desconoció el amor de Cristo, decidiendo acabar con su vida. Pedro, aunque no podía devolver el tiempo, sí experimentó uno nuevo, retomando su lugar en la presencia de Dios; algo que fue seguido de un mover impresionante del Espíritu Santo días después.

Las cosas de forma, al igual que las definiciones de diccionario, no permiten hacer la diferencia. El remordimiento se manifiesta en un desenlace fatal por anteponer la pobreza del corazón. El arrepentimiento lleva a una reingeniería ante Dios, renunciando a lo malo, adoptando el perdón, dirigiendo la mirada hacia la senda correcta (2Co 7:9).

sábado, 19 de febrero de 2011

DOC NOC, POC FAVOC

Confesión médica de incomodidad social. Soy galeno titulado desde hace más de siete años, con la bendición de ejercer mi profesión desde el mismo instante en que obtuve mi diploma, y con mayor razón, al adquirir el registro médico después del servicio social obligatorio o año rural.

Me siento orgulloso de ser un facultativo. La medicina no solo es un área de desempeño laboral; es una ciencia, un arte, un apostolado. Desde mi niñez me vi reflejado en un consultorio al servicio de quienes requirieran atención para mejorar su estado de salud.

Existe una alta probabilidad que, en forma gradual, y quizás a un término reativamente corto, mi labor heredada de Asclepio e Hipócrates podría estar llegando a su fin, al menos en su forma principal y protagónica; pero siempre llevaré mi orgullo, conocimiento, entrega y disposición.

A lo que nunca he podido acostumbrarme, y creo que no lo haré, es al llamado personal, usando términos que, pese a su lógica, logran sacarme de casillas, en forma similar a mi detestado vallenato (quizás escriba pronto al respecto, bajo riesgo de perder lectores de la costa atlántica colombiana).

'Doctor', 'médico' y otras expresiones me resultan desesperantes por varias razones. Primero, mis padres se quemaron las neuronas para regalarme un nombre para toda la vida, como para que esté reducido a un llamado personal con estos términos.

Segundo. La palabra 'doctor' me remonta a escenas de marcado sarcasmo. Cuando estaba en mi etapa formativa, esa era la forma en que los especialistas se referían a los estudiantes para humillarlos, así como o hacían las enfermeras para denotar su tedio.

La palabra 'médico' me resulta más complicada y cacofónica. Lo más triste es que gran parte de las personas más allegadas a mí suelen usarla con frecuencia, como si se tratase de un prerrequisito de etiqueta social, en el capítulo de los saludos protocolarios.

Aun las contracciones modernas, tales como 'doc' u otro tipo de derivados, son un tormento particular para mis oídos. Esta es una solicitud escrita con desencia y tacto, pero no limitada en el tono certero y contundente. Mi nombre es más que suficiente para llamarme. Gracias, muchas gracias.

viernes, 18 de febrero de 2011

CIRCO FREE

Escasos días han transcurrido desde que el grupo terrorista de las FARC liberó a varios colombianos, entre miembros de la fuerza pública y civiles, en un lapso de más de una semana, en medio de un ambiente exageradamente ambiguo.

De alguna manera se ha establecido un ritual en torno al regreso a la libertad de aquellos que infortunadamente han caído bajo el poder de estos delincuentes: esperar un movimiento (no desinteresado) que sugiera alguna voluntad de paz, la mnifestación pública a través de Piedad Córdoba, un preparativo tensionante, una gestión lenta y truncada, y un desenlace polémico.

Es difícil abordar este tipo de temas con suficiente objetividad, ya que es evidente que la objetividad patriótica que clama por una mano agresiva contra esta avalancha guerrillera, tiene el contrapeso emotivo de quienes padecen en carne propia las secuelas del secuetro, permeabilizándose a acciones oportunistas, inadecuadas, y llenas de demagogia.

No se puede criticar a familiares, allegados, verdaderos dolientes. Es difícil tener cabeza fría cuando se ha interrumpido el derecho a vivir con dignidad, al establecimiento libre de un hogar feliz; cualquier puerta, por inapropiada que parezca, resulta atractiva para retornar a una vida tranquila.

El marco de estas manifestaciones de las FARC durante la presidencia de Álvaro Uribe era bizarro. Políticamente estaban sufriendo una decadencia paralela al aspecto militar. Liberaciones en medio de condicionamientos se entremezclaron con derrotas militares como las Operaciones Jaque y Camaleón.

La terquedad de ambas partes acentuaba el dolor de quienes, en el medio, soportan millares de latigazos de la crueldad humana. Familiares clamaban incansablemente por el famoso intercambio 'humanitario', con el fin de ver el retorno de sus seres amados.

Son presa fácil de los diferentes actores oportunistas de esta tragicomedia: de los delincuentes, en cuyas fauces se encuentran las vidas de los suyos; del gobierno de turno, que en amalgama aúna la función ejecutiva con la politiquería; y de los 'ayudantes voluntarios' quienes determinan el curso de las acciones.

La participación de Piedad Córdoba en este proceso de liberaciones hace parte de la polémica. Inicialmente, como representante del legislativo colombiano, se entendía - en cierta forma - su presencia en el trámite de las liberaciones.

Un país dividido. Muchos han defendido su gestión, especialmente los directamente beneficiados con el retorno a la libertad; otros consideramos este ejercico como un aprovechamiento sagaz de las circunstancias para obtener beneficios de diferente naturaleza.

Después de perder la curul por fallo de la Procuraduría, tras haberse demostrado vínculos no permitidos con el grupo ilegal, Córdoba se quedó únicamente con la batuta de una organización que le permite mantenerse vigente en el proceso.

'Colombianos y colombianas por la paz' podría convertirse en una de las paradojas más grandes en la historia de los procesos de paz en este país. De forma, una aglomeración de nacionales dispuestos a traer de vuelta a quienes se encuenbtran secuestrados; de forndo, un títere político que beneficia a mediadores y a los terroristas de turno.

Detalles puntuales como el traje de paño del concejal Armando Acuña (como si el secuestro en colombia fuese una derivación a un spa o un hotel de lujo), los enredos para cerrar el ciclo de liberaciones con el regreso del Mayor Solórzano y el Cabo Sanmiguel, entre otros más, ayudan a dilucidar el panorama artificial de estos actos.

Un show barato que demuestra el oportunismo de unos y de otros. Una pantomima que resulta aceptable para quienes pueden volver a abrazar a sus familiares, pero recprochable para el grueso del país que está cansado de la manipulación.

Las FARC no están haciendo un favor. La libertad es un derecho inalienable. Las liberaciones a cuentagotas son patéticas. En eso hay gran diferencia con el proceso de paz con el M-19 hace dos décadas. La voluntad es evidente. El arrepentimiento tiene frutos tangibles.

No se puede hablar de paz, de acciones 'unilaterales y 'loables', cuando se muestra al mundo, ante cámaras y multitudes una puesta en escena romántica, mientras que en otro sector del territorio nacional se priva de la libertad a otros ciudadanos.

Recientemente el presidente Juan Manuel Santos amenazó a la cabeza de las FARC, Alfonso Cano, advirtiéndole un pronto desenlace en similares condiciones a las padecidas por su colega el 'Mono Jojoy'.
Ojalá un ataque de sensatez e mediana inteligencia se apodere de estos delincuentes. Ojalá haya un impacto, ya tardío, de la madurez precoz de Johan Steven Martínez, hijo de Libio Martínez, el secuestrado más antiguo en poder de las FARC.

Este niño ha hecho todo lo que un ser humano consideraría sobrenatural y reflexivo; cualquier ser humano cedería ante actos tan valientes y ponderables. Serán humanos? No se sabe realmente. Si algo queda de ello, si la bestialidad no es absoluta, aun quedan esperanzas.

No más circo. No más secuestros. No más muertes. No más tráfico de estupefacientes. No más oportunismo político. No más manipulación del dolor ajeno. No más cruce de egos. No más dolor. No más tragedias. No más, no más, no más.

sábado, 12 de febrero de 2011

EL BESO DE LA MUERTE

Cuántas personas han soñado con su primer beso? Algunas por anhelo de experimentarlo, otras por el fenómeno reconfortante que genera la remembranza. Sea como sea, el primer beso tiene una connotación mágica y trascendental

Aunque no hay una apreciación taxonómica oficial, el mundo de a pie ha dejado impresiones categóricas que podrían orientar las distintas posibilidades de expresarse a través de este singular hábito cultural, y casi limitado al género humano.
Se habla de besos para saludar, como en la mejilla (sencillo o doble) o en la mano; así como aquellos que tienen una connotación afectiva, tales como el seco, pico, francés, esquimal, mariposa, burbuja, de apretón, simble, Justino, entre muchas otras denominaciones.

En su gran mayoría, los besos se han caracterizado por su alta carga icónica, emblema sublime de las mejores y satisfactorias intenciones emocionales del ser humano hacia una criatura semejante, aunque varíe la forma y el contenido original de dichos sentimientos.

Pero algo tan especial podría ser un abono para el fenecimiento? Eliminando las hipérboles que podrían traer consigo frases de coqueteo en torno a 'morir por un beso', así como las conductas frívolas y de negra sentencia que la mafia italiana asignaban a sus futuras víctimas, restan las explicaciones médicas comunes.

Desde hace ya bastante tiempo los besos han sido relacionados con enefermedades infectocontagiosas, desde una simple virosis respiratoria aguda, que solo alteraría el curso natural de la agenda semanal; hasta aquellas que podrían comprometer la estabilidad física, y en algunos casos de progresión, hasta la vida, como la mononucleosis infecciosa y la gripa AH1N1.

No obstante, recientemente el Reino Unido fue escenario de una historia tan extraña como interesante. Una joven de 18 años conoció a un joven cuatro años mayor, con quien estuvo saliendo durante un período de tres meses.

En una de las salidad con toque romántico que tendrían en un bar del sur de Gales, las palabras que cruzaban durante su particular conversación se vio interrumpida por una forma mucho menos gramatical, pero muchísimo más expresiva y apasionada de comunicarse.

Una escena hollywoodesca y romántica se desató en aquel momento, sin mayor trascendencia para el mundo, teniendo en cuanta que hace parte de los hechos más comunes y viables de la vida, pero que tenía una profunda relevancia para este par de jóvenes.

Muchas mujeres afirman perder el aliento con un beso apasionado, y más cuando se trata del mágico primer beso. Sin embargo, en este caso, la joven estaba desvaneciéndose en forma completamente literal.

Según el muchacho, los párpados de su amada empezaron a caer, así como un cúmulo de espuma se hizo notorio en su boca, estigmas que interpretó como un ataque epiléptico, por lo que decidió llamar a la mamá de la joven, y hacer intentos de improvisada reanimación, previa solicitud de ayuda a los paramédicos.

Cuando el equipo de emergencias llegó al lugar la chica ya había muerto. Después de las respectivas investigaciones se determinó que esta mujercita presentó el Síndrome de Muerte Súbita del Adulto, causante de 500 desenlaces similares en Gran Bretaña anualmente.

La mamá de esta muchacha no entiende lo sucedido. Su hija se caracterizaba por ser gran deportista, especialmente en disciplinas de alto gasto físico como hockey y natación

En medio de la celebración de San Valentín, tradicional fiesta de los enamorados en algunas partes del mundo, principalmente en Estados Unidos, una historia romántica y trágica se da a conocer, mancillando el perfil de una de las expresiones más bellas del amor: el beso.