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miércoles, 20 de julio de 2011

¿PITUFACHADA?

Hace varios años el dibujante Peyo, oriundo de Bélgica, creó unas criaturas diminutas de piel azul y gorro blanco que impactaron en el mundo infantil en forma sorprendente. Prueba de ello es que aquella generación infante, la actual dominante del mundo empresarial, ha recreado una película para traerlos de vuelta.

Pero un libro recientemente publicado en Francia ha puesto en duda el carácter inocente y recreativo de Los Pitufos, tras haberlos calificado como arquetipos de una "utopía totalitaria con tintes estalinistas y nazis".

"El pequeño libro azul: análisis crítico y político de la sociedad de los pitufos", fue escrito por el francés Antoine Buéno, y se encarga de hacer un análisis más profundo en el origen y la intención de esta serie animada que reproduce, según su teoría, estereotipos racistas, totalitarios y antisemitas.

Desde Papá Pitufo, jefe único y autoritario de la comunidad, hasta el corporativismo social de los diminutos personajes, se plantean elementos que desean confirmar la confrontante tesis.

El personaje de Gargamel, enemigo de Los Pitufos, se caracteriza físicamente por tener una nariz aguileña, curiosamente parecida a los rasgos judíos. Su nombre, al igual que el de su gato Azrael, es otro de los estereotipos denunciados.

Otro de los elementos llamativos en el libro es la crítica al único personaje femenino de la serie, Pitufina, quien resaltaba por su belleza, bajo patrones totalmente arios, dados por su cabellera dorada y la claridad del color de sus ojos.

Pero uno de los puntos más álgidos fue el tratamiento de la invasión de pitufos negros en uno de los álbumes, considerado una prueba trascendental de enaltecimiento de la pureza de sangre que preconiza esa sociedad, que vive en autarquía y cuenta con un sistema de producción cercano al colectivismo.

Buéno, autor del libro, no considera que haya novedad en sus afirmaciones, pues se basa en comentarios y percepciones de otras naturalezas, como la del público estadounidense, que en algunas ocasiones estuvo prevenido ante la posibilidad de propaganda comunista manifiesta en el programa.

Se cree que el nombre en inglés, "The Smurfs", corresponde al acrónimo de "Small Men Under Red Forces" (Pequeños hombres bajo fuerzas rojas); hecho del cual el autor del libro exonera al creador belga Peyo, pese a haber vivido en las épocas de crisis por la ocupación nazi.

El libro no pretende dar fin al cariño que el público de hace unos años, y del que muy probablemente adquirirá con la película, le profesan a los diminutos azules. Por el contrario, hace un paralelo entre las percepciones infantiles y adultas.

Los pitufos, traducidos como "puffi" en Italia, "strumfakia" en griego, "schtroumpfs" en francés y "kumafu" en japonés, prosiguieron sus aventuras tras la muerte de Peyo en 1992 gracias a su hijo Thierry Culliford, quien impuso una mirada "mucho más pedagógica" y contemporánea.

domingo, 17 de julio de 2011

ILEGALMENTE PREMIADO

José Antonio Vargas, natural de Filipinas, obtuvo el deseadp premio Pulitzer por un informe  realizado en el 2008 con el equipo del Washington Post sobre la matanza del Virginia Tech. Sería el motivo de gran orgullo para cualquier comunicador, pero irónicamente, creó una caótica confusión en su cabeza. 

Eso se percibe en su autibiografía publicada en  el New York Times titulada 'Mi vida como un inmigrante indocumentado'. Así es. Durante 18 años Vargas se hizo pasar por un norteamericano legal usando un pasaporte, una visa y una green card falsos, borrándole el sello a la tarjeta de seguridad social que decía "válido para trabajar solo con la autorización del Inmigration and Naturalization Service".

Su ética lo atormentaba, pero la necesidad de trabajar, producir, sobrevivir, hacían que fuera soportable el complejo de culpa. Especialmente al encontrarse en una labor de manifestación pública como la periodística.

Un camino más corriente y oculto habría sido menos riesgoso, como hicieron sus abuelos, o 'lolos' como los llama, quienes buscaron labores de vigilante y mesera, desde que se nacionalizaron

A los doce años abordó un avión bajo dirección de su madre, quien deseaba darle mejor vida, bajo la esperanza de verse pronto. No se ha logrado desde entonces. Hasta hace muy poco logró comunicarse con ella.

A los dieciseis años, durante el trámite de su pase de conducción, la oficial encargada le advirtió de la falsedad en sus documentos, con lo cual entendió los comentarios similares por parte de sus abuelos. Corría un gran riesgo después de cuatro años de vivir en USA.

Su calidad humana y académica le hicieron merecedor del silencio y apoyo de sus directores de colegio y la directora del coro. Posteriormente se uniría al clan de celestinos su editor en el Post, Peter Perl. 

No se sentía libre ni siquiera para buscar una pareja. Lo mejor era dedicarse de lleno al trabajo. Trabajó bastante en mejorar su pronunciación, practicando con series de televisión. Ganó pasantías. Se destacó con escritos de cultura digital. Habló con autoridad del papel tecnológico en las elecciones presidenciales del 2008. Realizó un documental acerca del SIDA.

Dentro de sus publicaciones biográficas más destacada sestán la de Mark Zuckerberg (creador de Facebook) para The New Yorker y la de Al Gore para Rolling Stone. Se retiró del Post en el 2009 y se fue a trabajar  en el Huffington Post. Antes de cumplir el año, se retiró. Acaba de cumplir 30 años.

Se siente cansado de este escondite público. Por tal motivo publicó este artículo. Por la misma razón fundó el grupo "Define americano" para discutir sobre las reformas de la inmigración en EE. UU., donde se calcula hay 11 millones de inmigrantes ilegales.

Vargas concluye con una frase genuina pero triste: "No somos (los inmigrantes ilegales) siempre lo que creen que somos. Algunos eligen tus fresas o cocinan para tus hijos. O están en el colegio o la universidad. Y otros, resulta que escriben las noticias que leerás. Este es mi hogar. Y aunque pienso en mí como norteamericano y considero que este es mi país, mi país no me ve a mí como uno de los suyos".

sábado, 2 de julio de 2011

FE A LA CARTA

Las inclinaciones de fe en el mundo actual tienen un comportamiento bastante heterogéneo. Hay escepticismo marcado, religiosidad superficial, extremismo y fanatismo, entrega, compromiso. No hay una tendencia definitiva.

Ya no resulta tan fácil catalogar a un país, una ciudad, una región, desde el punto de vista de criterios de fe. La diversidad de espacios religiosos o de otras naturalezas similares hacen que la sociedad tenga diversos caminos a seguir.

Desde que fue expedida la ley de libertad de cultos en Colombia en 1994, el número de protestantes aumentó de 2 a 5 millones, cuando hace 50 años difícilmente se acercaba a la cifra de 70.000, con lo cual se afirma el impacto en un país teóricamente católico. En el Ministerio del Interior hay registro de 1.967 iglesias cristianas evangélicas (pentecostales y carismáticas). 

Muchas personas deciden trasladarse de una a otra agrupación en búsqueda de respuestas para su vida, o simplemente para continuar una tendencia popular. En medio de estas movilizaciones hay posibilidad de éxito o fracaso.

Elementos puntuales como la búsqueda de sanidades, los encuentros masivos, promesas de paz, conocimiento del futuro, atracción de positivismo, mensajes agradables, estímulo de emociones, entre otro tipo de motivaciones, han promovido este tipo de migraciones.
A diferencia del catolicismo, el denominado 'protestantismo' ha apuntando a tratos más directos con la feligresía, ofreciendo respuestas claras y menos dogmáticas a las crisis que el diario vivir trae consigo, y proyectando un sentido de vida.

No obstante, otros caminos empiezan a trazarse con las mismas promesas, obviamente sin una respuesta categóricamente similar, pero con efectos sugestivos que simulan el hallazgo de soluciones francas para diversos conflictos.

Es el caso del budismo, credo basado en la insatisfacción, plantea que la felicidad es un estado mental; pretende ayudar a reconocer y manejar emociones de impacto negativo, llegando al autocontrol por medio de la meditación.
No consideran necesario rendir cuentas a un ser superior, porque cada persona debería responsabilizarse por sí mismo, promoviendo actitudes sanas y respetuosas interiorizadas y exteriorizadas.

Otra triste opción es la santería. Bajo la excusa de un supuesto teocentrismo, alrededor de un ser llamado Olofi (entre otras denominaciones), que supuestamente equivale a Jehová o Alá; acompañado de los orishas o santos que lo acompañan; este tipo de brujería desea engatusar a mentes débiles.



La cuna cubana no ha limitado la expansión de esta tétrica cultura. Se aprovechan de las crisis de fe para asumir el compromiso de conseguir efectos satisfactorios en áreas donde otros no tuvieron ni siquiera un acercamiento tentativo.
Lectura de caracoles, naipes o collares, son las puertas de acceso; luego los santos piden ofrendas de diversas magnitudes, según la necesidad. Es un ritual relativamente exclusivo, por lo cual, a diferencia de otras creencias, no se autopromueven. Quizás el narcotráfico fue un excusa importante para su ingreso y auge en Colombia.
Por tal motivo, la misma iglesia católica ha permitido modificar ciertos estilos de expresión. Al menos eso permiten percibir algunos de sus exponentes. La vinculación de la Renovación Carismática Católica, la permisividad con música moderna, el complemento laico, misas de sanación con imposición de manos, y otras cosas más, hacen parte de los ejemplos.


Colombia es un país aparentemente católico, pero muchas opciones de fe han surgido; los seguidores, en el fondo, no resultan ser tan adeptos a la tradición, pues se ven tentados a probar otras vías de estimulación espiritual.


No obstante, la solución del conflicto de todo ser humano no radica en la práctica de cultos religiosos, la aplicación de rituales noeristas, u otro tipo de tendencias sectarias. Religión es el esfuerzo del hombre por acercarse a Dios, hecho que ya resulta limitado y prácticamente ineficaz.


En ese sentido Marx tuvo toda la razón:"La religión es el opio del pueblo". Ni siquiera aquellas monoteístas, que se jactan de estar fundamentadas en la verdad, resultan positivas. Toda religión carece de trascendencia.


La única excepción, requiriente de un contexto puntual para ser bien interpretada, es la planteada en el líbro bíblico de Santiago: "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo" (Stg 1:27)


Hace dos milenios Dios se encargó de brindar la solución perfecta: Jesucristo. Fue Dios Padre quien destruyó la barrera que nos separaba de él con el puente del Cordero sacrificado en la cruz, cuya sangre nos limpió de todo pecado (Colosenses 1:12-14).


El Camino hacia Dios es sencillo (Jn 14:6). No se requieren trámites exhaustivos, esfuerzos desesperados, rutinas risibles. Simplemente el abrir las puertas del corazón es el principio de la Verdadera y Única respuesta. Efectividad garantizada. Vale la pena intentarlo.