Muchas personas, a son de crítica, admiración o extrañeza, me suelen hacer comentarios acerca del actual estilo de vida que manejo, ya que combino actividades diversas que parecieran estar totalmente distanciadas entre sí.
Médico, cantante, actor, líder cristiano, conferencista, locutor, escritor, además de otras actividades parecieran distraer la mente de muchos, quienes creen que soy yo quien manejo una maraña incomprensible dentro de mi cabeza. Y puede que tengan razón.
Si Dios ha permitido que yo pueda disfrutar tantas y tan diversas cosas muy probablemente es porque Él conoce los anhelos de mi corazón, y me ha permitido tener el privilegio de la múltiple degustación, en procura de alcanzar su propósitos para mi vida (1Ts 5:21).
Pero una de las ventajas más grandes que he podido encontrar mediante este singular peregrinaje ha sido el darme cuenta que vivir todo es vivir nada si no está Cristo; vivir a Cristo es vivir todo, así muchas cosas estén fuera del patrón que el mundo pareciera imponer (Fil 3:8).
He tenido muchas conversaciones con todo tipo de personas, que a su vez representan todo tipo de pensamientos, filosofías, conductas, aficiones, testarudeces, simplezas, paradigmas, y demás rasgos característicos de la heterogeneidad humana (sé que suena tan enredado como redundante).
En mi acercamiento al mundo de la salud, el ambiente ha llegado a tal desnaturalización y deshumanización que la misma sociedad a la cual 'sirve' le reclama permanentemente. por eso películas como "Patch Adams" y canciones como "El Niágara en Bicicleta" han impactado tanto.
Tanto más se ha creado una barrera para con Dios. Algunos porque se pueden quitar el rótulo de dependientes del Señor para ejercer sus oficios 'terrenales' y posteriormente regresar a la rutina ritualista y poco trascendente.
Otros creen que un mundo tan tangible y sustentado por el 'infalible' método científico, cargada de un 'honor y distinción' tan elevados como la Medicina, es completamente teofóbico, más allá de los arraigos heredados culturalmente.
El mundo médico tiene autoridad, es innegable. Pero olvida que sólo se puede tener autoridad cuando ha sido adjudicada; sólo puede ser natural cuando no existe una instancia mayor que la pueda delegar. Sólo Dios, Suprema Autoridad, puede establecer quiénes pueden ejercer autoridad (Ro 13:1).
Cuando ingresé formalmente al mundo del arte, especialmente al de la actuación, me encontré de frente con comportamientos altamente antitéticos. Es un mundo tan autoapologético, sin es que el neologismo me llegara estar permitido, pero sucumbe a verdaderas puerilidades.
Lo amo. No quiero que lo malinterpreten. Me agrada el teatro. Simplemente siento que el arte ha sido vergonzosamente permeado por un montón de pensamientos pretenciosos que quieren dar respuesta y satisfacción universal, y dejan un sabor a insuficiencia en el fondo.
'No hay que permitir que castraciones mentales como la imposición de Dios enajenen el libre pensamiento de los artistas', ya que se trata de expresiones humanas espléndidas que nunca se sujetan, sino que mantienen un punto de consenso entre lo bueno y lo malo.
Es más, el pluralismo garantiza que el teatro cada vez se vuelva más genuino. Sin embargo, el 'todopoderoso' mundo de las tablas, así como muchas otras artes, le abren las puertas en forma absurda a ridiculeces como la nueva era, el esoterismo, el oscurantismo, entre otras.
Evito al máximo este tipo de comentarios para evitar que las susceptibilidades de los lectores (si es que existen) se disparen. Pero al fin y al cabo esa es la ventaja de un blog. Es mi espacio. Hablar de energía, zodíaco, y demás nimiedades en el arte me enferma, y no puedo evitar burlarme.
¿Qué mayor obra de arte que la Creación? ¿Qué mayor libertad que la de Cristo, especialmente con Su Obra de Amor en la Cruz? Si 'el teatro es como la vida, y la vida es como el teatro' (con lo cual estoy totalmente de acuerdo), ¿quién mejor que el Autor de la Vida para ser elogiado como artista?
Un montón de estrellas malinterpretadas, unos animales jugando a ser hombres, la entrada de la luz a un recinto, jerigonzas inexpresivas. La caja de utilería de la vida está llena de 'basura' (1Re 18:25-29). Ninguno de esos elementos dan respuestas suficientes como la vida en Cristo.
Cuando tuve un contacto rozado con la comunicación social, me di cuenta que la radio y la televisión se convirtieron en un reflejo de la patética realidad contemporánea. Los programas de mayor rating son aquellos que hablan completas tonterías.
Sólo en Cristo encuentro contenidos que comprenden formación, crecimiento, diversión, deleite, reto, propósito, vida (Jn 6:68). No se trata de ser religioso ni legalista, cosas que detesto, sino de vivir conforma a lo que Dios desea. Eso sí es libertad y deleite (2Co 3:17).
Vivir tantas cosas (en treinta años he vivido muchas cosas buenas y malas, santas y pecaminosas, pese a que pareciera ser un breve lapso para muchos que han tenido un verdadero recorrido) me ha permitido conocer detalles de Dios que lo hacen verdaderamente singular en mi vida y en la de muchos que sé, opinan igual (Hch 4:11-12).
