De gran interés

NO DEJES DE UNIRTE AL GRUPO DE SEGUIDORES DE KANTANDO. INSCRÍBETE AHORA (instrucciones abajo). TU APOYO ES MUY IMPORTANTE. DIOS TE BENDIGA

DEJA TUS COMENTARIOS EN LA PARTE FINAL DE CADA ARTÍCULO. TU OPINIÓN ES FUNDAMENTAL

SE PROHIBE EL USO NO AUTORIZADO DEL CONTENIDO DE ESTE BLOG. PARA MAYOR INFORMACIÓN CONTÁCTANOS kantreras@yahoo.com
kantreras@gmail.com

jueves, 31 de marzo de 2011

KUNG-FU-SIÓN

Hace muy poco tiempo pudimos deleitarnos con una, irónicamente, respuesta inesperada de una reina en un concurso de belleza panameño, cuando argumentó con cierto tono de certeza que Confucio fue "uno de los más antiguos de los chinos japoneses que inventó la confusión..."

No obstante, la confusión real no se relaciona precisamente con un estímulo positivo. Por el contrario, es una de las manifestaciones más fehacientes de las limitaciones humanas, altamente relacionadas con la pérdida de visión.

La confusión es antinatural, porque somos criaturas de Dios, herederos de su naturaleza, y si Él es un Dios de paz, este estado deplorable resulta altamente antitético (1Corintios 14:33).

Resulta altamente vergonzoso (Sal 44:15), casi una maldición (Sal 35:26), por lo que, en condiciones naturales, un ser humano procura huir de esta sensación para garantizar un peregrinaje recto, sin ningún amago de vacilación.

Quien decide en su corazón mirar arriba, donde hay verdadera y perfecta dirección, garantiza un andar certero en todos los aspectos de su vida, independientemente de lo adecuado o inadecuado de las circunstancias (Hebreos 12:2; Colosenses 3:1-2).

Se confunde quien pierde de vista a Dios, quien opta por dirigir sus pasos a su antojo, creyendo en su corazón que es capaz de solventar todos los retos de la vida (Pr 30:12)

Por tal motivo, quien se sienta confundido, más allá de autoflagelarse, debe buscar en Dios el único retorno hacia un sendero correcto, entendiendo que quien de Él depende, por torpe que sea, asegurará la victoria en todo (Sal 25:3; Sal 31:1; Is 35:8)

No hay comentarios:

Publicar un comentario